viernes, 14 de diciembre de 2007

Paseo


Pedro ha crecido, interiormente. Lo veo en su mirada de mar, de una oscuridad intensa que antes solo afloraba a la superficie de sus bonitos ojos. Hay una nueva fina arruga en la comisura de sus labios, estos labios tan simplemente buenos para besar, y besar y besar... Cuando más maduros, mejor, me digo. Y es que los labios de Pedro son como un prado verde, húmedo, agua, agua…


A veces los hombres son como el campo: sorprendentes. He conocido hombres secos, sin lluvia interior, ásperos por dentro, rugosos, ansiosos de rocío entrañable. En sus miradas, estepas llanas y vacías. Sus mentes como un sol ardiente, quemándolo todo, escaldando la más mínima presencia de vida, de energía. Dragones indestructibles. Van, aniquilan y luego desaparecen. Vale.


Otros hombres como campos verdes, dónde solo el verde, verde de amor, verde de vida, de energia, se deja ver, sentir, oler, acariciar. Bellos, maduros, abiertos, igual que un campo en primavera. Hombres alegres, emancipados y buenos. Flores fueron en mi vida. Los sigo recordando con gran cariño. Me hicieron reír, me permitieron sentirme joven y aventurera. ¿Dónde están ahora? Desde aquí, cerca, tan cerca de Pedro, les envío un gran saludo.


Sin embargo Pedro es diferente. Pedro es como un bosque, misteriosos y abundantes sus caminos. Pedro dice que los bosques, los bosques que él conoce, han sido muy importantes en su vida. En ellos me he perdido, afirma. Y los bosques, como la India, tienen su razón de ser, y esta es que nos perdamos en sus caminos. Y así disiparnos, alejarnos para luego volvernos a encontrar. Como en los cuentos de hadas.


Hemos andado sobre la orilla del río que bordea la frontera y lo hemos visto bastante bajo, hasta el punto de preocuparnos tanta orilla adentro, tanta roca saliente. El año pasado había mas agua pero este año casi no ha llovido.


Muy pocos pájaros, dice Pedro. ¿Dónde estarán los pájaros?


Una tortuga de agua nos está estudiando desde una lejana roca. Quieta, su cabeza puntiaguda parece apuntarnos, estudiar nuestros pasos suaves sobre la tierra que bordea el agua. ¿Qué pensará de nosotros? Las tortugas son muy sabias, hace tantos siglos que están aquí, en este planeta azul que cada vez es más gris y menos verde. Tortugas, símbolos de la divinidad para los budistas ya que una tortuga, dicen, un día salvó la vida de unos náufragos y luego les enseño las palabras sabias del Buda. Los hombres somos muy pequeños ante tanto misterio animal y vegetal.


Para los indios de América, la tortuga representa la Tierra Madre. Y para nosotros, ¿qué significa una tortuga? ¿Dónde ha ido a parar lo sagrado en lo que nos rodea?


La tortuga no se mueve. Quieta, tranquila, quizás siente que no le haremos nada. Que solo estamos de pasaje, que este lugar es suyo. Nosotros tampoco nos movemos. Quietos como la tortuga miramos el agua oscura y casi de un verde azul deslizarse con suavidad. Todo es tranquilidad, quietud, paz, silencio.


Luego subimos hasta la ermita, todo de blanco resplandeciente pero cerrada, como siempre. Hay dos coches aparcados, vacíos. Pedro mira alrededor, las narinas palpitando como si quisiese respirar el aire del inmenso cielo, allá arriba. Es un día azul, azul y blanco, con nubes en forma de animales extraños, pienso. Allá un pato con tres alas, y más lejos una águila bailando un pachanga. Me río sola y Pedro me coge una mano.


En la capital tomamos un café con unos pasteles de nata, deliciosos. Hablamos muy poco, hay poco que decir y mucho que ver. Hace tanto tiempo. Esta tarde miraré con sorpresa su cuerpo de animal bondadoso acercarse a mi lecho, con simplicidad. Miraré sus ojos de mar dónde seguramente una estrella brillará, solo para mí. Y me miraré en su mirada. ¿Y que otras cosas verán mis ojos? ¡Quien sabe!


Solo de pasaje estamos, bestias, hombres, mujeres, cielos, tortugas. Solo una brizna somos y nada mas y mucho mas.

2 comentarios:

Chapellina dijo...

Hola Lydia, quiero dejarte un lista de unos textos que he escrito para que los leas poco a poco y me digas, si te gustan. Algunos son invetos míos y otros si son reales.

Disculpas de ante-mano si peco de abusadora. Besitos!

La Gente De La Oficina
Este Día Que Se Apaga
Un Día De Aventura
Este Día Que Se Apaga
Recuerdo De Una Vida Rota
Un Momento Gris

PD: Disfruto mucho al leer lo que escribes.

Chapellina dijo...

Premio Arte y Pico. Felicidades. T.Q.M