domingo, 11 de diciembre de 2011

La habitación amarilla




Quizás es la ultima vez que nos damos cita en esta habitación que ya no es tan clara como solía, la llamábamos la habitación amarilla pero ahora ya no lo es, ya el sol ha desaparecido de nuestras vidas después de aquello, y solo entra una grisalla por la ventana y la lluvia que no para, desde semanas y semanas, Pedro de lado se ha encendido un cigarrillo ruso de contrabando, ahora todo es así, por debajo, a escondidas, y fumar ya es un delito como vestirse de rojo, ahora solo este color gris de muro triste, Pedro esta de paso dice, tengo que subir al Norte donde hay cada vez mas disturbios y yo siento que esta tarde algo acaba, dame un cigarrillo bobo y dime que te gusto aunque mi  pelo ya no sea aquel oscuro de alga como solías decir, ni el mío piensa Pedro encendiéndole este cigarrillo asqueroso pero es lo que hay, la lluvia afuera como un manto impenetrable y espeso, desde aquel día, desde cuando pero no sirve de nada, ya no hay los días como antes, ni las semanas, ahora son series, series con cifras y ahora nos toca estar en la serie C430b12, todo ha cambiado tanto, no llores ratita/ ratón bobo tú mismo/ vieja ratita sabia/ ratón estupido/ no será muy largo/ mentiroso/ solo unos meses/ ya no existen los meses pero los adjuntos de las series/ y su pelo alga ofrece una mancha de extrañas y misteriosas formas rodeando su cara ovalada a la Modigliani en esta habitación que Madame Dupuis nos ha alquilado pero amenazándonos de que ya no podría más, ahora estas serán solamente para los empleados del Ministerio de la reconstrucción sub-atómica, te acuerdas bobo de aquella cena después de una película aburridísima de Pasolini/creía que te gustaba Pasolini/ mentiroso bobo tú sabes que no me gusta/ que pasa con aquella cena idílica/  en  Don Giovanni y te pregunté si creías, ¿crees Pedro que todo esto en un sueño? esto antes del Día C, la salsa tan rica con pimientos muy verdes, recordando a su padre de ojos tristes que sabia preparar unos espaguetis igual de ricos, y si todo esto fuese un sueño de alguien que nos esta soñando para no morirse de pena, se imagina aquí, en este restaurante tan lindo, mesitas con manteles de cuadrados, no seas boba pero quien va a soñar con dos tontos como tú y yo, no sé, quizás alguien que esta muy triste, y sus ojos sí que lo están, de tristes y desamparados pero todo esto se irá cuando estemos en la habitación de Madame Dupuis que siempre nos mira con aire conspiranoico, algo pasará y pronto dice desde hace mas de 6 meses, no seas bobo a veces creo que soy la proyección de algo, ando por la calle y es como si alguien me empujase con suavidad, como una mano invisible y me pregunto porque estoy andando en una calle que ni conozco, ni tengo ganas de visitar, en una ciudad que no reconozco tanto las cosas han perdido de su esencia  pero ahí estoy, parada enfrente de  escaparates de vidrieras sucias y oscuras de polvo, tiendas vacías, cerradas, paseantes que ya andan con los ojos semi cerrados la cabeza agachada, márchense que pronto susurra Madame Dupuis dándoles la llave de la habitación, no se queden aquí que esto, pero todo menos irse de esto porque esto es Pedro y yo en este pequeñito y amable restaurante italiano, no será muy larga mi ausencia miente Pedro, y si todo esto fuese un sueño sigo preguntando y esta habitación con nosotros fumando cigarrillos rusos que un amigo te ha vendido de escondidas, que ricos que son aunque sean asquerosos, tampoco se puede leer ni escribir ahora con la nueva ley, y sin embargo me has traído un libro de Cortazar que bueno que eres, el sueño de alguien triste en algún lugar que recuerda que antes del gran cataclismo, el Día C como dicen todo era, parecía sencillo, todo era bueno y simple y bello, un libro de Cortazar sobre una mesita de noche, un paquete de cigarrillos, unas manos acariciando un pelo de mar, mi padre tranquilizandome la frente, shhhhhh, tranquila nena, tengo sed, pronto pronto ahora no, luego, mi padre cerca de mí, has soñado nenita mía, mi padre se calla, mi padre me acaricia la frente y yo tengo cuatro años y me acaban de operar de la apendicitis y estoy en una habitación muy amarilla.